miércoles, 2 de noviembre de 2011

El futuro del periodismo






(Por Melisa Morini)




Orselli y Ricciardino: la voz de la experiencia




Representantes reconocidos del periodismo local hablaron sobre la actualidad del oficio y las posibilidades de los futuros profesionales del medio. Consideraron a la Ley de Medios Audiovisuales como generadora de nuevas fuentes de trabajo.




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Hablar de periodismo representa mucho más que una simple mención a otra de las tantas carreras que configuran en la interminable lista de profesiones. Es más que informar, trasmitir y entretener. Ser periodista es entablar un vínculo con la sociedad que, construido con honestidad, es difícil de romper. Significa generar en el otro una confianza irrevocable, que muchos se encargan de manchar, pero que otros reivindican con años de experiencia y con verdad. Leonardo Ricciardino y Julio Orselli forman parte de esa magia que caracteriza a la comunicación, son la voz de la experiencia, una voz que se hace escuchar.




La Argentina de hoy se desenvuelve en un contexto donde la tecnología alcanzó niveles insospechados, las distancias se redujeron y la interacción con las audiencias es un recurso cada vez mayor y más utilizado. Con la nueva Ley de Medios también el terreno laboral ha cobrado relevancia y las fuentes de trabajo, a la espera de periodistas y locutores, deja un halo de esperanza para las futuras generaciones, deseosas de darse a conocer. “Esta ley incrementó muchísimo las fuentes de trabajo, tiene falencias porque permite producciones que muchas veces no son buenas, pero los que tienen talento van a perdurar”, sentenció Julio Orselli con una sonrisa en su rostro. Porque sin lugar a dudas sabía de lo que hablaba, en los inicios de su carrera sólo había tres emisoras comerciales y dos canales televisivos, entonces…”bienvenida sea”.




Pero, ¿cómo logra un periodista recién egresado, insertarse en el mercado laboral? Leonardo Ricciardino empezó por el principio: “Lo primero es llevar curriculums y trabajos ya escritos, eso ayuda mucho porque el medio puede evaluar ahí en el momento”. El periodista explicó que la perseverancia sigue siendo hoy, como siempre, un factor elemental a la hora de buscar trabajo y agregó: “Lo bueno es que uno pueda desarrollar lo que le gusta con responsabilidad”. Orselli, por su parte, empleó al respecto un lenguaje más cotidiano, como si estuviese aconsejando a uno de sus amigos: “Metele para adelante, buscá publicidad y véndete…es la única forma”. Su voz de locutor supo expresar algo conocido, pero que merece reiteración: “Nuestro laburo no es para quedarse sentado en casa, esperando a que te llamen a un determinado programa”, y agregó que la nueva Ley abre nuevas bocas de expresión y nuevas posibilidades para ingresar al mercado laboral y permanecer. Minutos después aseguró que los jóvenes egresados “están en el mejor lugar y en el momento justo”.




La Ley de Servicios Audiovisuales parece haber convocado toda la atención, al menos desde el periodismo. Tras años de censura y legalidades absurdas, surge de entre las sombras y se instala como parte de un nuevo sistema, avalado por infinidad de comunicadores empleados e independientes. “Ahora con la ley de medios que demanda más producciones locales, las expectativas son mejores que las de la época de los 80´ o 90´”, afirmó Ricciardino. Minutos después enunció que, en este contexto, todo periodista que quiera permanecer en el medio, debe marcar la diferencia y agregó que “la formación periodística por fuera del periodismo, como el interés por la lectura, es absolutamente necesaria”. En el rostro de Ricciardino se reflejaban años de experiencia, justamente esa conjugación perfecta de la que hablaba: aptitud personal, capacitación y formación profesional.




El diálogo con Leonardo Ricciardino finalizó con una reflexión difícil de olvidar. Una perspectiva que muchos desconocen, pero que da cuenta de que aún dentro de un medio competitivo y avasallante como el actual, existen valores y personas honestas que luchan por los derechos propios y ajenos. La precarización del trabajo es un problema a tratar de aquí en adelante, pero también es un monstruo capaz de ser vencido: “Cuando fue el conflicto de La Capital vi a tipos parados en la puerta del diario que ganan 11 o 15 lucas, que no entraron a trabajar y pusieron en riesgo sus puestos de trabajo. Cuando está el ánimo de lucha se toman decisiones sin ninguna duda”.




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