miércoles, 2 de noviembre de 2011

Conclusiòn






(Por Jazmín Levi y Luisina Bonsembiante)







Salvo algunas cuestiones mínimas, la nueva ley de medios, como coinciden todas las personas consultadas por Integrando al Periodismo, es altamente positiva. Permitió la pluralidad de voces y mensajes y le abrió lugar a los sectores marginados de la sociedad para empezar a hacerse escuchar. También fue positivo que la comunidad sepa quiénes son los dueños de los multimedios. En el siglo XX el campo laboral periodístico sufrió un cambio estructural, se centralizó la información y los medios de comunicación, pasaron a ser dirigidos por empresarios manipuladores. Así se comenzó a perder el derecho social de estar informados y la democracia empezó a padecer esta grave falencia, donde sólo había lugar para un discurso manejado por intereses económicos de los grupos del poder.




Su lanzamiento e implementación tuvo factores negativos como la constante pelea que se generó entre el Gobierno Nacional y el grupo Clarín, donde el pueblo fue apartado completamente. Por otro lado, algunos artículos de la modificación de ley, que fueron quitados del proyecto original, generaron una carencia en el aspecto del sostén económico de los medios alternativos que pudieran surgir, ese es un factor realmente importante que no fue tenido en cuenta.




Sin embargo, se puede decir que la ley tiene mayores efectos favorables que negativos, una ley, existente desde la última dictadura militar en Argentina, necesitaba ser modificada, para bienestar de la población y de la democracia misma. Esto también abrió puertas en el mercado laboral y todos los entrevistados coincidieron en que el país está transitando por un proceso de pluralización de medios comunicacionales muy importante e histórico.

La noticia no es una mercancìa que vale por su etiqueta






(Por Cecilia Arean)


La calidad del periodismo no está relacionado con el medio de comunicación







Cuando trabajar por fuera del sistema permite alcanzar el compromiso con la verdad. Despojándose de presiones e influencias.







El periodismo de calidad no necesariamente está relacionado al medio de comunicación. La independencia es el estandarte de todos ellos cuando informan, sin embargo, los intereses económicos prevalecen en las empresas hegemónicas. Otros optan por trabajar fuera de ese sistema para que la información sólo haya sido la meta que comenzó con el compromiso de buscar la verdad. Despojándose de influencias, presiones o sobornos. La concentración mediática está en todo el país, imperando la agenda metropolitana y tomando a la noticia como una mera mercancía.







En Rosario, en el 2000, los trabajadores del diario El Ciudadano y la Gente vivieron un conflicto laboral, que también fue lo que marcó el comienzo de Redacción Rosario, que pertenece a la cooperativa La Masa. El proyecto surgió a fines de 2007 para generar fuentes de trabajo dignas. “Nos planteamos no sólo crear un medio propio como lo es el portal digital sino también brindar un servicio a todo aquel que lo necesite sobre lo ligado a la prensa. La Masa tiene dos vertientes, por un lado un grupo de compañeros que trabajábamos en El Ciudadano, la mayoría, y los que venían de diferentes sociedades periodísticas a unirse. Por otro lado, también gente que venía llevando a cabo el periódico El Eslabón, que era una experiencia autónoma. Con ellos teníamos relación desde el conflicto en el 2000, porque había sido uno de los pocos medios que había cubierto el hecho”, estableció Manolo Robles director de Redacción Rosario. En el 2008 se conformó la Asociación de Diarios Cooperativos de la República Argentina, para lo que Robles tuvo que viajar a La Rioja a cubrir para una revista de una empresa recuperada. La entidad estaba conformada por cuatro periódicos de la región. “Al ver el ejemplo de que eso funcionaban bien, nos terminamos de convencer de que en el propio rubro de la comunicación había experiencias de autogestión exitosas y nos planteamos darle la forma a nuestro proyecto. Ninguno estaba en la condición de ser empresario y buscamos una figura jurídica, como la de la cooperativa, para estar habilitados a vender publicidad, generar ingresos y poder distribuirlos entre nosotros y decidir democráticamente que hacer. En el esquema de trabajo, cada asociado tiene el mismo derecho que los otros para decidir y nos parecía muy interesante”, postuló el ex trabajador de El Ciudadano. Además indicó que el objetivo era generar fuentes de trabajo y, a la vez, aportar a la pluralidad en un ámbito geográfico, como el de Rosario y la zona, en el que hay una gran concentración de voces.




Las empresas de comunicación, como entes económicos, tienen como fin obtener ganancias. El ansia de acumulación, a veces, insita a olvidarse de las responsabilidades y deberes que tiene la prensa en el sostenimiento de la democracia. Las cooperativas también lucran, pero con una administración particular. Al respecto, Robles aclaró que hay similitudes, en la intención de generar recursos. Están las mismas obligaciones y se pagan impuestos. El trabajador de Radio Nacional agregó: “Estoy convencido de que la autogestión que, toma forma de cooperativa en vez de empresa, es una novedad política y económica muy fuerte después de la crisis del 2001. Fue uno de los hechos más revolucionarios que se dio en todo ese marco. Es uno de los emergentes de la crisis del liberalismo. Igual, el principal obstáculo fue la falta de capital. Hemos accedido a algunas políticas públicas de apoyo con respecto a este sector que fue importante.




En el año 2009, luego de disputas sectoriales, se aprobó la Ley 26522 de Servicios de Comunicación Audiovisual que rige el funcionamiento de los medios radiales y televisivos. Con respecto a esto, Eduardo Martínez, que trabajó para La Nación, revista Humor, canal 9 y Todo Noticias manifestó: “Salvo unos pequeños detalles, es altamente positiva. Permitió que sectores relegados de la sociedad, como Organizaciones no Gubernamentales, facultades y comunidades indígenas, accedieran a volcar sus ideas. Además, descentralizó el discurso y atacó la médula del problema de los medios en nuestro país, la concentración del poder empresarial en un servicio que debe ser de todos. Un mal de finales del siglo XX fue que los grandes medios dejaron ser de propiedad periodística y pasaron a ser de empresarios, muchos de ellos oportunistas. Así se dejó de lado el periodismo de autor y pasó a ser un periodismo de ocasión. En lo negativo, la lucha del gobierno contra los multimedios la sacó de contexto. Muchos vieron en ellos un oportunismo, cuando en realidad la idea era necesaria de implementar. Y el hecho de darle solo un año a los oligopolios mediáticos para deshacerse de alguno de sus medios favorece que se malvendan y aprovechen esa oportunidad los amigos del poder. En un 95% la ley es perfecta”.







El ideal de que todo lo que pasó fue mejor




El honesto relato de los hechos, el buen gusto, la búsqueda de la excelencia y servir al interés público son premisas del quehacer periodístico. Como ser humano y además sujeto informativo, el periodista no puede escapar a los sentidos, establecer objetividad es oprimir. Simplemente debe ser conciente de que es un nexo entre la noticia y la sociedad civil, defendiendo a la misma como un derecho y un bien social. “Cuando comencé en el periodismo, 23 años atrás, sólo había unos pocos diarios, canales y televisión. Hoy internet y el cable ampliaron la demanda y, debo decir, la banalizaron también. Si bien los bloggers democratizaron la información, haciendo de cada persona una agencia noticiosa; también hicieron que algunos pocos preparados accedan a tener esa porción de poder. Y lo único que los une es la utilización de la misma palabra, aunque el sentido sea otro”, describió el historiador.




Eduardo Martínez, además de haber trabajado para distintos medios, en la actualidad es docente por lo que es responsable de la formación de las nuevas generaciones. En la reinante etapa de la comunicación, en donde las redes sociales, arbitrariamente, intentan dominar los canales de comunicación, se honra a lo superficial. Alguna vez Tomás Eloy Martínez reflexionó que el periodismo es un acto de servicio que exige ponerse en el lugar del otro y, a veces, ser otro. En el presente la falta de identidad profesional somete al oficio a lugares vulgares. “La web nos acorta los tiempos, ya que nadie lee una sabana inmensa en una pantalla y nos lleva a partir la nota con subtítulos. La radio aumentó su velocidad y, debo decir con tristeza, disminuyó en su capacidad de análisis. La televisión dejó de tener también capacidad de reflexión, mientras ganó en producción y estética. Los medios audiovisuales crearon una imagen distorsionada de lo que es le periodismo en los jóvenes. Lo veo como profesor y directivo de una facultad. Hoy muchos de los estudiantes de periodismo ingresaron en este mundo con la ambición de ser famosos. Cada vez quedan menos de quienes ven al periodismo como una profesión y un servicio”.




El acto de informar es lo contrario al acto de publicitar. Por estos días es muy común escuchar comentarios sobre el periodismo militante. Desde su génesis el hecho de ser periodista es militar constantemente por la verdad, con lo que se abunda en los calificativos, pero disfrazar al periodismo en un acto de propaganda es discutir de cuestiones diferentes. En relación a esto, que estableció un paradigma en el futuro de periodismo nacional, Martínez definió: “Deben ser ellos mismos frente al bombardeo de modelos ajenos a su propia idiosincrasia. Ser uno mismo no es un aplauso al individualismo y al ego. Significa descubrirse, y pensar que puedo aportarle al mundo de mi perfume. Hay una enorme competencia y eso debe tender a mejorar la preparación de los estudiantes. Pero sin lugar a dudas lo más difícil en la docencia es, cómo generar desde la clase un anclaje con la realidad. Un enorme desafío, sin lugar a dudas”, a lo que agregó: “¿Es lícito que el periodista enarbole sus opiniones políticas? Claro que sí, no deja de ser persona. Siempre nos inculcaron la objetividad como premisa, y es un error. Y eso es triste. El periodista debe ser justo y honesto intelectualmente. Prefiero quien enarbole sus opiniones libremente frente al que las encubre. Pero el llamado periodismo militante tiende a llevar la opinión un escalón más allá: de lo ideológico lo llevan a lo partidario. Y ahí ya no me gusta tanto”. El investigador finalizó: “Asegurémonos de que las personas comunes vean la televisión, escuchen la radio y lean un diario y se sientan representados”.

El futuro del periodismo






(Por Melisa Morini)




Orselli y Ricciardino: la voz de la experiencia




Representantes reconocidos del periodismo local hablaron sobre la actualidad del oficio y las posibilidades de los futuros profesionales del medio. Consideraron a la Ley de Medios Audiovisuales como generadora de nuevas fuentes de trabajo.




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Hablar de periodismo representa mucho más que una simple mención a otra de las tantas carreras que configuran en la interminable lista de profesiones. Es más que informar, trasmitir y entretener. Ser periodista es entablar un vínculo con la sociedad que, construido con honestidad, es difícil de romper. Significa generar en el otro una confianza irrevocable, que muchos se encargan de manchar, pero que otros reivindican con años de experiencia y con verdad. Leonardo Ricciardino y Julio Orselli forman parte de esa magia que caracteriza a la comunicación, son la voz de la experiencia, una voz que se hace escuchar.




La Argentina de hoy se desenvuelve en un contexto donde la tecnología alcanzó niveles insospechados, las distancias se redujeron y la interacción con las audiencias es un recurso cada vez mayor y más utilizado. Con la nueva Ley de Medios también el terreno laboral ha cobrado relevancia y las fuentes de trabajo, a la espera de periodistas y locutores, deja un halo de esperanza para las futuras generaciones, deseosas de darse a conocer. “Esta ley incrementó muchísimo las fuentes de trabajo, tiene falencias porque permite producciones que muchas veces no son buenas, pero los que tienen talento van a perdurar”, sentenció Julio Orselli con una sonrisa en su rostro. Porque sin lugar a dudas sabía de lo que hablaba, en los inicios de su carrera sólo había tres emisoras comerciales y dos canales televisivos, entonces…”bienvenida sea”.




Pero, ¿cómo logra un periodista recién egresado, insertarse en el mercado laboral? Leonardo Ricciardino empezó por el principio: “Lo primero es llevar curriculums y trabajos ya escritos, eso ayuda mucho porque el medio puede evaluar ahí en el momento”. El periodista explicó que la perseverancia sigue siendo hoy, como siempre, un factor elemental a la hora de buscar trabajo y agregó: “Lo bueno es que uno pueda desarrollar lo que le gusta con responsabilidad”. Orselli, por su parte, empleó al respecto un lenguaje más cotidiano, como si estuviese aconsejando a uno de sus amigos: “Metele para adelante, buscá publicidad y véndete…es la única forma”. Su voz de locutor supo expresar algo conocido, pero que merece reiteración: “Nuestro laburo no es para quedarse sentado en casa, esperando a que te llamen a un determinado programa”, y agregó que la nueva Ley abre nuevas bocas de expresión y nuevas posibilidades para ingresar al mercado laboral y permanecer. Minutos después aseguró que los jóvenes egresados “están en el mejor lugar y en el momento justo”.




La Ley de Servicios Audiovisuales parece haber convocado toda la atención, al menos desde el periodismo. Tras años de censura y legalidades absurdas, surge de entre las sombras y se instala como parte de un nuevo sistema, avalado por infinidad de comunicadores empleados e independientes. “Ahora con la ley de medios que demanda más producciones locales, las expectativas son mejores que las de la época de los 80´ o 90´”, afirmó Ricciardino. Minutos después enunció que, en este contexto, todo periodista que quiera permanecer en el medio, debe marcar la diferencia y agregó que “la formación periodística por fuera del periodismo, como el interés por la lectura, es absolutamente necesaria”. En el rostro de Ricciardino se reflejaban años de experiencia, justamente esa conjugación perfecta de la que hablaba: aptitud personal, capacitación y formación profesional.




El diálogo con Leonardo Ricciardino finalizó con una reflexión difícil de olvidar. Una perspectiva que muchos desconocen, pero que da cuenta de que aún dentro de un medio competitivo y avasallante como el actual, existen valores y personas honestas que luchan por los derechos propios y ajenos. La precarización del trabajo es un problema a tratar de aquí en adelante, pero también es un monstruo capaz de ser vencido: “Cuando fue el conflicto de La Capital vi a tipos parados en la puerta del diario que ganan 11 o 15 lucas, que no entraron a trabajar y pusieron en riesgo sus puestos de trabajo. Cuando está el ánimo de lucha se toman decisiones sin ninguna duda”.




Periodismo joven






(Por Florencia Pauletti)







Sin lugar a dudas, los momentos vividos en nuestro país y en general han hecho que el desarrollo del periodismo se haya convertido en un gran oficio, independientemente del área específica a la que el periodista se dedique o lo coloquen. En la actualidad son muchos los jóvenes que egresan de las carreras de Periodismo y Comunicación Social, pero la gran mayoría se hace la misma pregunta, ¿encontraré trabajo?, ¿podré ingresar en el mundo del periodismo?, es el gran interrogante de los que egresan y de los que en poco tiempo lo harán.




María Jose Draperi es estudiante de Comunicación Social, actualmente cursa el cuarto año de la carrera en la Universidad Nacional de Rosario, todavía no tiene muy claros sus objetivos al recibirse pero de algo está segura: “Intentaré aprovechar las oportunidades de ir adquiriendo experiencias en las distintas ramas, hasta encontrar un lugar en el que pueda afianzarme y sentirme cómoda dentro de las posibilidades que tenga.”




Muchos de los futuros comunicadores y de los que trabajan en medios, ven como una gran ayuda a la nueva ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, así lo entendió María Jose que agregó: “El campo de los medios está comenzando a abrirse un poco más, a descentralizarse y democratizarse. De a poco van surgiendo formas alternativas de expresión y comunicación”, aunque todavía cree que el panorama sigue estando algo complicado pero que las posibilidades empiezan a crecer, a diferencia de años anteriores.




Otro es el caso de una joven docente, Marcela Rosales, recibida como Licenciada en Comunicación Social, con mayor experiencia en medios. Consideró que en la actualidad hay mayores alternativas de conseguir trabajo que en años anteriores, dijo: “Probablemente haya más posibilidades de hacer trabajos de periodismo, porque hay muchos medios más pequeños, porque las instituciones tienen una estructura comunicacional que incluye a la prensa y cada vez más, entonces no solamente es posible hacer periodismo desde los medios, sino también desde las instituciones”.




Rosales, con respecto al campo laboral actual, agregó: “Pero sí me parece que antes el trabajo periodístico en general, en cualquier sector de la economía, tenía una continuidad mayor que la que puede tener hoy, otras seguridades, entrar a trabajar en un medio y hacer carrera dentro del medio no es tan simple, como tampoco lo era antes, pero ahora hay más oportunidades de hacer periodismo desde otros lugares, que tienen una relación laboral bastante más lábil que la del capitalismo general. Y eso influye sobre las profesiones en general y no sólo con nuestra carrera”. Más allá de las opiniones, ambas coinciden en algo, en que es imprescindible la formación académica y la preparación casi de por vida para todos los que deseen ser periodistas, con la aspiración de ser siempre los mejores en la tarea que deciden llevar adelante con respeto y convicción, más allá de ser jóvenes que recién están comenzando.







“El periodismo es libre o es una farsa”






(Por Jazmín Levi)




Hace algunos siglos atrás el periodismo era un oficio, como el del carpintero, o el del artesano, sólo aquel que lo hacía con pasión podía obtener frutos. Desde hace unos años se transformó en una carrera profesional, encerrada en universidades e institutos. De forma paralela los medios de comunicación comenzaron a caer en manos de empresarios que poco tenían que ver con aquel oficio que tanto reivindicaba Gabriel García Marquez o Rodolfo Walsh. La libertad se empezaba a convertir en sombra, los revolucionarios de la información comenzaban a ser asesinados o desaparecidos.




Ese maldito siglo XX cambalache que advirtió Gardel. Dictaduras militares, guerras, mordazas a la prensa, falencias en la formación académica y falta de trabajo de campo fueron algunas de las causas por las cuales el periodismo perdió prestigio. Los dueños de los multimedios se llenaban sus bolsillos mientras jóvenes con ganas de iniciarse en el mejor oficio del mundo quedaban excluidos de un sistema rígido y totalitarista de manipulación de la información. Sólo los valientes y los visionarios pudieron hacer historia en este contexto y dejar un lema a las generaciones futuras, aunque esto les cueste la vida.




Hoy, 30 años más tarde del regreso a la democracia en Argentina, se comenzaron a abrir puertas para ejercer la pluralidad de voces y descentralizar ese derecho tan violado durante años, como lo es la información. Después de una lucha interminable y de crisis completamente desfavorables, aquella antigua ley manchada con sangre fue modificada. Actualmente, los jóvenes se encuentran más esperanzados, con mayor conciencia, con ganas de pelearla y fundamentalmente con la tranquilidad de que van a encontrar un lugar, por más chico que sea, donde expresarse e informar desde su propia óptica.




Hernán López Echagüe, gran periodista argentino y defensor de la libertad de expresión charló con Integrando al Periodismo sobre el campo laboral actual del periodismo. A la hora de definir las posibilidades de progresar en el ambiente de los medios de comunicación, expresó: “Depende de la naturaleza del periodista, de sus escrúpulos. Conozco a muchos, con los que compartí la redacción en diarios y revistas, que en un abrir y cerrar de ojos saltaron del anonimato a la fama y el dinero fácil. Personas que le brindaron forma y magnitud al célebre chiste de Groucho Marx: ´Estos son mis principios. Si no le gustan, tengo otros´”. Con un poco de ironía y de humildad reflejó lo que sus ojos vieron. Así lo siente ese hombre de perfil bajo, que actualmente realiza periodismo independiente, que vive en un pueblo alejado de las urbes en Uruguay y que se mantuvo lejos de la fama.




Cuando se lo consultó sobre la plenitud y la felicidad en su trabajo lo describió con pocas pero concisas palabras, “independencia y libertad absoluta”y admitió que a veces se siente a sus anchas, y muchas otras lo devora la melancolía. En coincidencia con López Echaugüe, Carlos Del Frade, periodista rosarino, declaró: “La ideología de los dueños de la empresa se manifiesta en las reglas de juego en el trabajo cotidiano. Sin embargo es fundamental hacer bien la producción y, al mismo tiempo, si uno siente que faltó decir mucho es imprescindible decirlo en otros medios y tratar de hacerlo masivo”. Con diferentes palabras, ambos pregonaron la libertad como principio fundamental.




Ambos periodistas hablaron sobre su profesión y experiencia. Echagüe al ser consultado por los obstáculos de su carrera, instantáneamente recordó su publicación, “El Otro”, sin embargo dijo: “En 1996, sin proponérmelo, claro, alumbré mi gran obstáculo para continuar publicando en los medios argentinos: el libro sobre Duhalde. Pero no me quejo. Al contrario, si me pongo a considerar la realidad de los medios en Argentina en este momento, una realidad opaca, alocada y vociferante, no puedo menos que celebrar este dulce ostracismo.”




Del frade por su parte brindó una definición preciosa del periodismo: “Ser periodista es lo mejor del mundo. Cada día algo que te emociona, te sorprende, te indigna, te rebela, te hace ser solidario. Alguien que siente que confía en vos y te regala un secreto que pone en riesgo algo de su vida y sin embargo te lo obsequia para que la difusión de eso que te cuenta no le embrome la vida a los demás. Eso es maravilloso. Un tesoro del cual no saben nada los dueños de los grandes medios que, a lo sumo, saben de hacer dinero. Ser periodista es trabajar siempre para construir el conocimiento que le está oculto al pueblo, a las mayorías. La vieja definición etimológica de noticia: conocimiento del pueblo. Arrebatar la información a todos los sectores que prefieren hundirnos en la ignorancia. Esa producción de noticias, esa búsqueda define al periodista. Insisto, el mejor trabajo del mundo. Y siempre se puede vivir. Millones de desocupados viven e insisten. Nosotros también. Y lo logramos y hasta somos felices aunque no pongamos la cara todos los días en los canales de televisión abierto.”




Dos caminos diferentes y similares en algunas cuestiones. Dos grandes analistas políticos y críticos. Dos experiencias que ratifican lo mágico y sorprendente que puede resultar andar por las sendas de la comunicación. Las formas que cada uno puede elegir, las piedras que pueden aparecer, los sentimientos que se despiertan con el pasar de los años, son parte de estas declaraciones, seguramente identificativas para muchos y disertantes para otros. Un mundo de incógnitas y de respuestas, de oscilación y de firmeza es parte del periodismo actual. Ese periodismo que intenta volver a ser lo que fue en sus orígenes y que se encuentra en pleno proceso de democratización. En el momento justo y en el lugar indicado, jóvenes periodistas, profesionales experimentados, independientes o empleados se encuentran en el momento ideal para no bajar los brazos y más que nunca luchar por la libertad de expresión y la independencia laboral.

Introducciòn

(Por Luisina Bonsembiante)



En la actualidad, y con la modificación de la ley de medios audiovisuales, la realidad del trabajo periodístico ha cambiado. Las dificultades para insertarse en los medios de comunicación, la opresión de las empresas comunicacionales hegemónicas y el camino vertiginoso a recorrer para lograr un lugar en la prensa; son hoy la contracara de un espectro mucho más amplio en cuanto a oportunidades laborales para el periodismo. La sociedad se adapta diariamente a innovaciones de todo tipo, desde tecnológicas, hasta ocupacionales y es allí donde se ve la diferencia, entre el antes y el ahora. ¿Realmente el mundo de la comunicación evolucionó de manera tal que se multiplicaran las fuentes de trabajo? ¿Cuáles son las oportunidades con las que cuenta un periodista hoy? ¿En qué difieren con el ayer?

miércoles, 19 de octubre de 2011

Entrevista a Carlos del Frade: "Ser periodista es lo mejor del mundo"


Carlos del Frade es actualmente un periodista rosarino que trabaja de manera independiente. Tuvo varias intervenciones en radios comunitarias y programas televisivos en medios de la ciudad. Fue candidato a Diputado por Proyecto Sur y colaboró en varias luchas por la libertad de expresión. Se caracteriza por tener una firme posición política que la da a conocer a través de los trabajos que realiza. Realizó varias investigaciones y es un defensor nato de los derechos humanos. También colaboró en documentales como: "Sexo, muerte y dignidad". Integrando al periodismo charló con el para obtener su opinión sobre el periodismo en la actualidad.

¿De qué manera se inserta hoy un periodista recién egresado, en los medios de comunicación? ¿Las posibilidades hoy son mayores que en años anteriores?

La mayoría de los estudiantes de periodismo, locución y comunicación sufren las mismas condiciones de precariedad laboral que la mayoría de los menores de treinta años. Las formas de empleo en negro o gris implementadas en los años noventa siguen vigentes: pasantías, empleos temporales, autopago mediante la venta de publicidad y contratos precarios son las maneras en que se manifiestan esas condiciones laborales. Salvo en los casos de inserción en las grandes empresas que, a priori, deberían hacerse según sostienen las leyes laborales. En forma paralela creo que si hay mayores fuentes laborales que van más allá de los grandes medios de comunicación. Lo bueno es hacerse la cabeza que la calidad del trabajo periodístico no pasa por el lugar donde se hace sino por quien/quienes lo hacen. El valor está en el trabajador no en el lugar. Eso es muy importante a la hora de defender nuestra capacidad y nuestros ideales.

Ser joven e inexperto, ¿equivale necesariamente a que el periodista deba someterse a la ideología de la empresa para la cual trabaja? ¿Cómo escapar a esta posibilidad?

No. La ideología de los dueños de la empresa se manifiesta en las reglas de juego en el trabajo cotidiano. Sin embargo es fundamental hacer bien la producción y, al mismo tiempo, si uno siente que faltó decir mucho es imprescindible decirlo en otros medios y tratar de hacerlo masivo. Es el gran desafío del trabajador de prensa que sabe que tiene que decir lo suyo más allá de los límites de los intereses patronales.

La Nueva ley de Medios Audiovisuales amplió el espectro del campo laboral en cuanto a comunicación. ¿Está de acuerdo con esto? ¿Qué modificaría o mejoraría de dicha Ley?

Estoy de acuerdo con la ley. Igualmente una ley no cambia la realidad. Es necesario defender el trabajo estable, en blanco y la libertad de conciencia del periodista. Y esa pelea está más allá de la ley. Le sumaría varios artículos que no están. Pero en líneas generales creo que es imprescindible saber que la pelea por democratizar los medios y no que sean lugares de explotación laboral están más allá de los artículos de la ley.

¿Cuáles son las dificultades que debe atravesar un periodista para poder vivir de su profesión? En pocas palabras, ¿Qué es para vos, ser periodista?

Ser periodista es lo mejor del mundo. Cada día algo que te emociona, te sorprende, te indigna, te rebela, te hace ser solidario. Alguien que siente que confía en vos y te regala un secreto que pone en riesgo algo de su vida y sin embargo te lo obsequia para que la difusión de eso que te cuenta no le embrome la vida a los demás. Eso es maravilloso. Un tesoro del cual no saben nada los dueños de los grandes medios que, a lo sumo, saben de hacer dinero. Ser periodista es trabajar siempre para construir el conocimiento que le está oculto al pueblo, a las mayorías. La vieja definición etimológica de noticia: conocimiento del pueblo. Arrebatar la información a todos los sectores que prefieren hundirnos en la ignorancia. Esa producción de noticias, esa búsqueda define al periodista. Insisto, el mejor trabajo del mundo. Y siempre se puede vivir. Millones de desocupados viven e insisten. Nosotros también. Y lo logramos y hasta somos felices aunque no pongamos la cara todos los días en los canales de televisión abiertos.