miércoles, 2 de noviembre de 2011

Conclusiòn






(Por Jazmín Levi y Luisina Bonsembiante)







Salvo algunas cuestiones mínimas, la nueva ley de medios, como coinciden todas las personas consultadas por Integrando al Periodismo, es altamente positiva. Permitió la pluralidad de voces y mensajes y le abrió lugar a los sectores marginados de la sociedad para empezar a hacerse escuchar. También fue positivo que la comunidad sepa quiénes son los dueños de los multimedios. En el siglo XX el campo laboral periodístico sufrió un cambio estructural, se centralizó la información y los medios de comunicación, pasaron a ser dirigidos por empresarios manipuladores. Así se comenzó a perder el derecho social de estar informados y la democracia empezó a padecer esta grave falencia, donde sólo había lugar para un discurso manejado por intereses económicos de los grupos del poder.




Su lanzamiento e implementación tuvo factores negativos como la constante pelea que se generó entre el Gobierno Nacional y el grupo Clarín, donde el pueblo fue apartado completamente. Por otro lado, algunos artículos de la modificación de ley, que fueron quitados del proyecto original, generaron una carencia en el aspecto del sostén económico de los medios alternativos que pudieran surgir, ese es un factor realmente importante que no fue tenido en cuenta.




Sin embargo, se puede decir que la ley tiene mayores efectos favorables que negativos, una ley, existente desde la última dictadura militar en Argentina, necesitaba ser modificada, para bienestar de la población y de la democracia misma. Esto también abrió puertas en el mercado laboral y todos los entrevistados coincidieron en que el país está transitando por un proceso de pluralización de medios comunicacionales muy importante e histórico.

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